VII. Estudio Korotayev


Adelantándome al análisis de las perturbaciones; quisiera introducir, a manera de elemento propedéutico; un enfoque que ya he mencionado cuando hablé de demografía y civilización. 
Se trata del que está contenido en el estudio más reciente de los autores rusos: Andrey Korotayev, Daria Khaltourina y Artemy Malkov; “Introduction to social macrodynamics: Compact Macromodels of the World System Growth”. Sin duda una obra extraordinaria desde el punto de vista científico, porque los autores han probado, desde el terreno de las matemáticas, el determinismo que regula la macro-dinámica del “Sistema Mundial”.
Necesito también hacer una aclaración importante: si bien acepto totalmente los principios de la sinergética propuestos por Chernavskij y que estos pueden ser aplicados al estudio de la macro-dinamica del “sistema mundo”; considero que respecto al estudio de Korotayev et al., que refiero en esta bitácora; estoy obligado a declarar mi absoluta aceptación de sus métodos y resultados, pero solo hasta el momento de su publicación; ya que para mi el momento de la curvatura hiperbólica que presentan los mismos, es expresión de un quiebre ecológico y no de uno exclusivo a la población humana; por lo tanto, considero que la proyección matemática que hace del futuro para todas sus variables, no se puede aceptar, porque hacerlo significaría que la ecología puede ser proyectada (planificada). 
No es mi propósito aquí, analizar su obra, en si misma profunda y con una metodología que lleva al lector paso a paso desde la ecuación y premisas más elementales, hasta la combinación de factores muy complejos, como podría ser el efecto del costo de la educación en la tasa de nacimientos o el hecho que la mujer no puede gestar más de una vez por año.
Sin embargo deseo rescatar su enfoque, a partir del “macro-modelo extendido especial para el crecimiento mundial económico, cultural y demográfico” que trata en el capitulo 5o de su obra; comentarlo e integrarlo a mi análisis, ya que en mi opinión, lo confirma absolutamente en todo excepto por una cosa: la semántica.  
Ambos coincidimos en el mismo punto de partida, la idea central de un “sistema mundo”, ellos desde la óptica matemática, yo desde la ecológica; nada extraño en tanto ambas lógica y matemáticas son hermanas. Así Korotayev et al; observan el sistema desde los números; es decir, desde inferencias que poseen magnitud; mientras que yo lo hago a partir de inferencias conductuales.
Por eso y aunque aparentemente difícil de encontrar coincidencias; su interpretación de las magnitudes en las tres variables que proponen: población mundial, tecnología-economía y alfabetización; coincide con la interpretación de las conductas que manifiestan las tres variables que yo propongo: tecnología, orfandad y ruta.
Antes de analizar cada una, me gustaría comentar la gráfica que presentan Korotayev et al; de los resultados obtenidos para las tres variables que proponen; representando en el eje X los años y en el eje Y la proporción en decenas de miles de millones (1=10,000 millones).   


Población mundial (linea gris), desarrollo tecno-económico (linea negra gruesa) y alfabetización (linea negra delgada).

Resultan claras tres observaciones a simple vista: las tendencias, su relación con la historia de la humanidad y sobre todo la coherencia entre las tres variables.
Así, podemos observar como la tendencia de la alfabetización comienza a “elevarse” a partir del año 800, lo cual coincide con la expansión del Islam y el rescate Arabe del conocimiento de la Hélade; después incrementa su “desarrollo” a partir de la revolución industrial y finalmente da un salto cuantitativo a partir el siglo XX.
Igual podemos observar con la tendencia del desarrollo tecno-económico, que pareciera no solo comenzar a “despegar” hasta el siglo XX, sino además pareciera “ir retrasada” respecto del crecimiento poblacional; pero esto es así por una sencilla razón; es apenas el siglo XX, el siglo de la expansión mundial del capitalismo a través de su manifestación política, el imperialismo y, respecto a que parece “ir retrasada”, también es por una sencilla razón; la tecnología no da trabajo a toda la población; es decir la tendencia de crecimiento de la población obrera siempre estará “retrasada” particularmente en términos de ingreso per-capita respecto a otros IPC, por ejemplo aquel de los profesionales o los comerciantes. 
Finalmente en el caso de la tendencia de crecimiento demográfico, observamos un incremento brusco a partir también del siglo XX. La explicación en mi opinión es muy simple: se debe a un incremento en la socialización; sin embargo a fin de no parecer reduccionista, es preciso un análisis más detenido de diversas sub-explicaciones, también sencillas, pero de características muy variadas.
La primera tiene obvia relación con la revolución industrial que despobló los campos, provocando en ellos dos fenómenos simultáneos; por un lado, la presión psicológica a incrementar o por lo menos sostener la actividad reproductiva como esperanza para mantener la capacidad de mano de obra productiva de alimentos y, por el otro lado, la oportunidad de recibir desde familiares en las ciudades apoyo económico que mejoraba sus condiciones de vida; ambos fenómenos con efecto directo en el matrimonio a edad más temprana.
La segunda tiene que ver con el aumento en la esperanza de vida, ya sea por mejor alimentación, mejores practicas y tratamientos médicos o mejores condiciones habitacionales, que provocaron una notoria reducción de la mortalidad, cuyas consecuencias inmediatas fueron la sustentabilidad de mas individuos en plenitud reproductiva y la sustentabilidad de adultos mayores que podían ayudar a la crianza.
Otra más está relacionada con las corrientes migratorias que trajo consigo el imperialismo, el cual conforme fue avanzando en territorios colonizados, instituía su modelo de desarrollo, es decir las dos explicaciones anteriores.
El aciago siglo XX
Siguiendo entonces con el análisis del enfoque que proponen Korotayev et al., y para tratar de entender que sucedió en términos ecológicos en el siglo XX, donde ocurre prácticamente la totalidad de la curvatura hiperbólica-quiebre, es necesario asumir el incremento de la socialización que he mencionado, a partir de la industrialización (tecnología). 
Aquí aparece la primera diferencia semántica; lo que para Korotayev et al., es población humana en general, para mi es población industrial (tecnológica). Y es que en estrictos términos sociales hay una gran diferencia, entre lo social como dinámica humana (Korotayev et al.) y lo social como dinámica ecológica (mi posición). 
Si bien hablamos de la misma especie biológica, hommo sapiens, sus volúmenes son diferentes y eso hace una diferencia importante al momento de visualizar escenarios futuros. Ya he argumentado porque no es equivalente hablar de 7,000 millones de población humana, que hacerlo de 7,000 millones de población “Mc Donalds”. 
Cuando hable de la “domesticación” mencioné que la relación colaborativa con el entorno no se extiende conforme crece la demanda poblacional del sistema humano; por ello decía, éste se ve obligado a decidir entre distribuir su población hacia otros territorios o permanecer en donde está e imponer su “diseño” a dicho entorno. Esto último, el “diseño”, la mayoría del sector académico lo asocia a la tecnología que dicen, le permite “aumentar” la capacidad de carga en su entorno; es decir, consideran que poder permanecer es prueba de progreso (sin embargo, no lo observan desde la óptica de la relación colaborativa) .
Entre los resultados que obtuvieron Korotayev et al., destaca para propósitos de este análisis y particularmente para este tema que analizo de la relación colaborativa; una dinámica relacionada con la tasa de crecimiento anual de población, la cual muestra una curva de tendencias muy significativas a partir de los años ’50 y que pueden observarse en la siguiente gráfica.
En ella vemos como hasta 1962, la tasa de crecimiento anual fue continuamente positiva y alcanzo su máximo valor (2.19%); sin embargo a partir de 1963 la tasa ha sido continuamente negativa, alcanzando en 2003 una tasa menor incluso a la de 1950 (1.14%) y continúa descendiendo.
Esta observación a simple vista, parecería contradecir la idea de que el crecimiento poblacional está relacionado con el crecimiento tecnológico y en consecuencia con el “aumento” de la capacidad de carga en el entorno; peor aún, debería negar tal relación, ya que precisamente decrece a partir de la década de los ’60, que es cuando “explota” el desarrollo tecnológico, a tal grado, que adquiere incluso una identidad propia como era de las “nuevas tecnologías” y por ello supondría un obligado incremento en la tasa de crecimiento de la población.  
Por el contrario, el crecimiento demográfico continúa e incluso muestra paradójicamente, una clara tendencia exponencial, por ello Korotayev et al., proponen un acercamiento (zoom) gráfico al detalle precisamente para el periodo entre 1650 (revolución industrial) y 1962, momento en que la tasa alcanza su mayor valor (2.19%). 
Bien podría decirse sin embargo, que dicha curva desarrolla y completa su morfología hiperbólica (manifestación del quiebre), en los primeros cincuenta años del siglo XX o quizá un poco antes, es decir; se confirma que la tasa de crecimiento poblacional es absolutamente proporcional al desarrollo tecnológico que ocurre durante ese mismo periodo y aparentemente a la capacidad de carga en el entorno. Se confirma entonces también, que el incremento de la socialización que propongo, ocurre a partir de la industrialización. 
Pero, ¿porque la tasa decrece entonces a partir de 1963?; ¿acaso la industrialización en si misma es una dinámica ecológica?.

La linea sólida ha sido generada por el modelo de Korotayev et al. mientras que las marcas son estimaciones que obtuvo de diversas fuentes (las asíntotas y linea punteada son mías) 
Antes que nada, debemos estar de acuerdo que en tanto el crecimiento poblacional continúa, así como la aparente disponibilidad de capacidad de carga en el entorno; el único “quiebre” que ha ocurrido es un cambio de dirección en la tasa de crecimiento poblacional. 



No hay comentarios: