IV. Ruta

¿Y?..., ¿por donde empezar?, porque vaya que se trata de una distinción fundacional para todos los sistemas en el Universo y, con particulares implicaciones para el proceso cognitivo en el sistema humano.
De su naturaleza biológica
El ovulo que desciende una misma pendiente cada 28 días; el espermatozoide que se aventura en dirección infalible; el feto que se acomoda y acuñado inicia su salida; el aire que se deja halar desde lo profundo de los pulmones; la sangre o el impulso nervioso que van y vienen permanentemente por todos los rincones del organismo; la vista o el oído que se detienen ante lo que perciben; la palabra que se expande en el aire; un significante que se hace significado..., una conversación.      
Todo ello, es simple manifestación de una ruta. Por lo tanto, es posible afirmar que el entorno es sencillamente una red de rutas, una red de conversaciones. 
Es una ruta la conversación entre los pulmones y el cerebro; entre una mirada y otra; entre el ciudadano y su comunidad, entre el peregrino y la montaña o; entre la ciudad y el inmigrante..., pero también entre un fusil y otro fusil. 
No faltarán los que digan que los árboles o las montañas no tienen capacidades psíquicas o peor aún, que no tienen lenguaje y por lo tanto no conversan. Está bien, dejémosles que lo sigan creyendo; no es mi objetivo demostrarles su equívoco, solo puntualizaré que conversar es hacer y hacer es con-vivir.
Por lo tanto, si el horizonte de posibles conversaciones es infinito, también lo es el de la construcción de rutas y esto hace que el movimiento sea imposible de detener; es decir, de hacer que la evolución se detenga.
De su obsolescencia 
Vale; pero ni todo permanece en ella, ni se vuelve a la ignorancia; así que en su proceso autopoietico, el Universo mismo prescinde de sus sistemas “enfermos”, volviendo obsoletas sus rutas partir del evolucionar de aquellas sanas en el entorno. 
Y es que lo sano es manifestación de energía y ésta, fuente de movimiento. La filoxera puebla una vid y luego el viñedo, está sana y se mueve; pero el hombre no se nutre de filoxera sino de vid, así que también sano, se mueve y cultiva sarmientos injertados resistentes a la filoxera; vid y hombre evolucionando sus rutas sobre aquellas de la filoxera, que deja de satisfacer sus necesidades de energía, enferma y su presencia se hace obsoleta.
Esta dinámica de diseñar y construir rutas entonces, está íntimamente relacionada con intercambiar energía y no con acaparar energía; con moverse hacia la diversidad y no con permanecer en la singularidad.
Así volviendo al sistema humano, éste construye rutas sociales empáticas con el entorno que le permiten mantenerse sano y evolucionar; paradójicamente sin embargo, también diseña y construye rutas hacia la homogeneización, hacia el homocentrismo que se afana en dominar la Naturaleza y busca someterla a sus cánones. 
Estas últimas, las rutas hacia la homogeneización, alienan el proceso cognitivo en el sistema humano y lo obligan a entender las rutas como filtros; de manera que comienza a diseñarlos y construirlos para todas sus operaciones; es decir, comienza a razonar en términos de individuos y monólogos y no en términos de sociedad y conversaciones.
De su operación como filtro social
El hogar, las escuelas, las empresas, las iglesias, los gobiernos, se transforman en instituciones que desarrollan y exaltan el individualismo, la competencia, los méritos personales, los héroes, los caudillos, el “representante” popular. ¿Su instrumento de alienación?, los monólogos: el autoritarismo parental, los libros de texto escolar, la “visión y la misión” de la empresa, el código religioso, la propaganda gubernamental, etc, etc.
Así, las carreteras y caminos, las embajadas, las escuelas y universidades, las instituciones, los hospitales y hasta los mercados públicos, comienzan una metamorfosis por la cual pasan de operar como rutas sociales a operar como filtros sociales.
Parece inverosímil pero es una realidad; peor aún, se trata de una realidad hegemónica por la cual se pretende el absurdo de que la humanidad se “agrupe” básicamente en dos roles; administrador y administrado. Y en el colmo de dicha pretensión, que el administrador sea la “civilización occidental”.
Imaginemos un mundo de “rutas occidentales”. Ya desde el titulo la idea espanta, igual que a un medico atender poblaciones que han sido marginadas por los filtros sociales; a un campesino que observa contaminarse sus campos con transgénicos (el filtro de la propiedad industrial) o; a un tzeltal o un bosquimano que “deben” aprobar la materia de lengua inglesa en la escuela (el idioma del filtro). Y ya no hablemos de sus “horizontes administrativos ” como los “la interceptación y el bloqueo comercial o la intromisión política y la certificación internacional”, por los cuales Occidente pretende “controlar” la red social mundial.  
De su potencia evolutiva
Migrar he dicho, es solo la otra cara de la orfandad; es la ruta que ella construye para conducir la esperanza que tiene en reencontrar el compromiso social.   
La red casi infinita de conversaciones que conforman el entorno, es el fundamento para dicha esperanza; es en ella donde se lleva a cabo el ciclo social y en donde obviamente se intuye, se encuentran las soluciones para restaurar los pilares de tal compromiso; la familia y entonces la comunidad. 
Comenzar a andar esta red significa entonces, que el sistema humano aplique el esfuerzo psicobiológico necesario para reducir su vulnerabilidad; es decir, el esfuerzo para conversar su orfandad; para argumentar sus interpretaciones de aquello que considera lo rechaza o violenta dentro de su sociedad; sin importar si se trata de su núcleo familiar, de su ámbito laboral o de su rol ciudadano.
La ruta de la conversación introspectiva y luego la de la conversación entre pares, es simplemente diseñar y construir el horizonte de migración. 
Abandonar la realidad huérfana, sin importar si esta es; familiar, escolar, laboral, religiosa o política; es un acto migratorio que se diseña y construye, conversando.
Este acto migratorio es la ruta para construirse apto. Es simplemente la dinámica evolutiva.




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